Ahi viene
Son las 6 15 am
Y como dijo Daniel, ahi esta.
En la plaza de Horquetas a las 6 y 15.
El silencio de la mañana se rompe con el girar de las aspas del helicóptero, 12 de nosotros lo esperamos y varios nos agachamos.
Ya es muy tarde si vamos a limpiar la cancha. Si algo sale volando que torta. Al mismo tiempo, todas las precauciones del asunto ya se tomaron. De aquí en adelante el viaje nos lleva a nosotros y no alreves.
Han pasado más de 10 días para llegar a hoy
Llevamos 10 días entrenando a la gente para que se sientan cómodos con el helicóptero y todas las normas de seguridad, que a mi parecer son extremas, ya se enseñaron pero con gente nueva es mejor tratar con muchísimo cuidado.
Una nube de polvo se apodera de la plaza de deportes de Horquetas
A como se acerca el helicóptero al suelo en mi mente corren todas losa posibles desastres que pueden pasar. Cierro los ojos lo cual es estupido pues ando los lentes protectores y pienso de que todo va a salir bien…
segundos después aterriza
1 minuto después esta Daniel el piloto hablando con Mauricio sobre el plan de vuelo.
A Mauricio lo conozco hace mas de 20 años.
No tengo mucho que decir de el, mucho de lo que nos decimos hace años es para confirmar algo que ya sabíamos o mas bien que uno o el otro había pensado.
Es gracioso cuando llegamos a conocer a alguien de esa manera ya ni las palabras se ocupan.
Yo me encargo de que la gente se pare detrás de los sacos y salbeques empacados hace ya 12 horas.
La puerta se le quita al lado de los pasajeros y se le quita también una silla
Las sillas que quedan se ajustan hacia atrás y caben dos personas mas equipaje
Los primeros en ir son Mauricio y Miguel.
Miguel un hombre en su cuarta década de vida, es un hombre bajo, de muy pocas palabras y pasa mucho tiempo observando, lo cual lo hace un excelente guarda parques.
Miguel es uno de esos guarda parques que estaba ahí desde que el ministerio se llamaba MIRENEM. Para este viaje el es responsable de que las normas de conservación y el manejo de los recursos sea el adecuado.
Si vamos a recolectar plantas o piedras, ocupamos el visto bueno de Miguel, nosotros le prometimos que el impacto del grupo seria mínimo y eso es lo que pensamos hacer.
En cuestión de segundos Daniel prepara el helicóptero y da la señal de aviso de entrar.
Mauricio se aproxima al helicóptero y miguel lo sigue de manera agachada…
Y en momentos se van
El silencio regresa a la plaza y somos rodeados de una bella mañana
Al fondo se ve el pico de Cacho Negro, nuestro destino si el clima nos da chance.
No mas de 30 minutos mas tarde esta el helicóptero de vuelta.
Hincado conmigo esta el camarógrafo José tratando de hacer unas tomas y documentar todo la expedición.
José es de aquellos camarógrafos que hicieron comerciales y televisión con mi padrastro en los 80 y 90s. Que mundo mas pequeño…
Al aproximarse el helicóptero noto que las manos de José le sudan.
Se limpia un par de veces en el pantalón y nos preparamos a entrar
Daniel se acomoda en la plaza y nos hace la señal
Corremos con todo el equipo, yo llevo un saco, salbeque, y el tubo del trípode.
José lleva lo suyo mas la cámara.
Al llegar al helicóptero luego de una carrera de 15 metros agachados, el piloto nos dice que NO s va a llevar el saco.
El cual simplemente dejamos caer y el helicóptero se eleva.
Vamos sentados, yo al centro y José a la puerta haciendo tomas
Daniel el piloto, salvadoreño de nacimiento y radicado a los aires de Costa Rica es un excelente piloto.
La primera vez que conocí a Daniel a los 10 minutos me pregunto si habíamos trabajado juntos. “te me haces conocido” yo sinceramente no me acuerdo pero no me extrañaría. Esto me pasa a cada rato…
El vuelo nos lleva encima del pueblo de Horquetas y las casas en momentos o minutos de vuelo empiezan a desaparecer, el ultimo vestigio de civilización es una calle de barro que desde este punto de vista aéreo , se la come la montaña.
Un minuto más tarde vemos lo que el mapa indicaba, un cañón de unos 300 metros de profundidad y 50 a 80 metros de ancho. Una de las razones del por que no se puede entrar caminando a este lugar
Por ir con el camarógrafo le pedimos a Daniel que pasara por la parte interior del volcán, el nos complace y creo que se sacaron buenas tomas de la parte interior del mismo.
Al llegar a nuestro destino, salimos muy alto y el piloto empezó a descender. Al ir entrando me dice por el radio, que entrar a Talamanca siempre es difícil, y que en una escala de 1 a 100 es como un 50.
Yo no dejo pasar la oportunidad y le pregunto que si Talamanca es un 50 que es esta entrada en comparación.
El piloto se queda muy silencioso, concentrándose en su vector de entrada y sin quitar los ojos y las manos de lo que hace, dice
“esto es como un 120”
Como a 50 metros nos pide que nos soltemos los cinturones y José me hace caras de “???”
Vemos la catarata y apenas se ve entre la maleza a Mauricio, a Miguel no lo veo del todo…
En viento que generan las aspas de un helicóptero llega a unos 170 Km. por hora, esto en cualquier espacio confinado se amplifica pues el viento se refleja sobre las paredes y se recircula mas rápido.
Este no es el problema aquí
Aquí el espacio es reducido y la catarata de 22 metros que baña con su niebla todo lo que esta cerca
La entrada tiene unos 30 metros de ancho y el lugar donde aterrizar no es más grande que 30 metros por unos 45. La aproximación esta llena de árboles y para hacerlo mas interesante hay una catarata de 22 metros que constantemente esta tirando agua y crea una nube de niebla y partículas de arcilla voladoras. Entre la catarata y los árboles es donde Daniel tiene que bajar unos momentos (pues nunca aterriza) para que nos bajemos.
Los momentos de bajada de un helicóptero siempre han sido estresantes. Es cuando la mayoría de los accidentes ocurren. Gente saliendo mal o cayéndose, estirándose y cortándose las manos entre otras cosas.
Yo no le pongo mucha atención al asunto pues estoy concentrado en que José y su cámara /equipo salgan bien del helicóptero.
El primer paso es el más interesante pues entre tanto ventorrero la visibilidad se anula un poco. Sin problemas llegamos y Mauricio nos recibe.
Desaparece Daniel a buscar mas gente.
En segundos estoy totalmente empapado
La caratata más el viento del helicóptero y el estar en un solo lado simplemente nos satura todo de agua.
El silencio creado por la extinción del sonido del helicóptero se rellena con el sonido de la catarata que nos acompañara los 4 días que estaremos aquí.
Mauricio nos indica donde dejar los sacos y los salbeques, y que cuidado con las piedras.
La belleza de un lugar sin impacto humano es que solo la fuerza de la naturaleza ha creado el entorno
Ningún machete ha cortado el zacate de la zona o nunca nadie se había dejado su huella sobre el suelo arcilloso
Eso es algo bello, también es peligroso
el ser humano puede sobrevivir aquí, pero no esta acostumbrado a vivir asi, como especie ocupamos espacios modificados.
Sobre cada piedra hay unos 30 o 40 cm. de vegetación que ha crecido seguro desde la ultima llena que limpio el área.
Debajo de todo esto están las piedras que el río trajo y que ha cubierto con arcilla en la cual crecen las plantas y el musgo.
El momento que uno no esta caminando en el barro arcilloso, estas montándote sobre las piedras, pero el musgo solo lo sostiene hasta que la piedra cubierta en arcilla se deslice, que es como 30 segundos o menos.
Entre cada piedra hay espacios rellenos de arcilla y plantas muertas que a veces causan que colapsen con el peso de las personas.
Para cuando llegamos nosotros Miguel y Mauricio ya habían caído en estos huecos y nos dieron las precauciones del caso. Yo caí en 2 minutos
Me dedique a abrir espacios para el helicóptero mientras que Jose se acomodo en otro lugar donde no le pegara mucho la nube de agua que bajaba de la catarata a la camara.
Mauricio se quedo un par de minutos y luego se retiro con Miguel a buscar el area de campamento.
Mauricio ya tenía comunicación con el helicóptero por medio del radio portátil con banda aérea.
Llegando el tercer vuelo ya casi teníamos el área despejada y el piloto nos pidió que siguiéramos despejando lo que pudiéramos.
La colección de sacos de equipo/ comida / salbeques personales iba en incremento y decidimos moverlas hacia el área de campamento.
Luego de que los 5 vuelos se completan terminamos de recibir a la gente.
Mi cerebro hasta ahora me alcanzaba
Son las 9 AM y estamos ya todos adentro.
Estábamos en un lugar totalmente virgen de impacto humano y de la mano de esta pureza esta presente la posibilidad de algún problema
No le doy mas vuelta al asunto y empezamos a mover los salbeques /sacos de comida y equipo hacia el área designada de campamento.
15 horas antes habamos pesado todo, desde el equipo personal hasta las ollas y las baterías extras.
Entre las 10 personas, los sacos y salqueques personales teníamos un total de 1100 kilos.
Y el helicóptero tenía un capacidad de 550 libras libres por viaje…
Sonrió por un momento al ver el lugar en donde estamos y por que la noche anterior me había acostado tarde preocupándome por que las cosas estuviesen bien distribuidas.
Viendo todos los sacos empapados y presentes en Cacho Negro me alegro que la maratónica de empacar de ayer fuera todo un éxito
A 20 metros río arriba de la Zona de Aterrizaje nos encontramos el área de campamento, metida entre el islote en el que aterrizamos.
10 metro hacia el centro del islote Mauricio y Miguel se encontraron un espacio para eregir el toldo Principal/ Cocina, área de estar general.
Nos distribuimos los trabajos casi instantáneamente y yo me voy a montar los toldos y las hamacas de los participantes.
Un poco de nudos, un poco de escalada y la búsqueda incesante de árboles de grueso decente para sostener las hamacas y los toldos se convierte en todo una labor que culmina casi 2 horas más tarde.
Casi que coordinados, al finalizar los toldos /hamacas de los participantes y la cocina, Mauricio también esta por terminar la mesa que se construyo.
Yo me voy a hacer un hueco filtro de comida / lavadero de platos al otro lado del campamento y cuando regreso me voy a hacer otro para el baño.
El grupo esta ya en el campamento y están desempacando y ubicándose
El grupo es completado por Don Luis, compañero de montaña hace años y tercer miembro del equipo de apoyo de Outdoor Adventures, su rol es una combinación de relaciones públicas, maestro del menú y liason de organización. Don Luis tiene muchísimos años de conocer el área pero en su parte superior del cráter. Nos entretiene y sorprende con sus historias de caminatas y peripecias de montaña de épocas en las que uno andaba en la escuela, Luis es todo un personaje y se le acumulan los viajes en la piel y los kilómetros en los zapatos a como se le llena el cuello de tiras de colores y cualquier otro tiliche que se le ocurra colgarse.
Todo esta botella de energía se esconde detrás de una barba blanca y es embotellada por un sombrero con un parche de Costa Rica, el cual usa muy orgullosamente.
Bajo el mismo techo y compartiendo hamaca esta el Camarógrafo designado, José.
Compartiendo tienda hamaca y trabajo especifico están Adam y Diego, los mas jóvenes de la expedición, pero por nada los menos útiles, estos dos muchachos vienen a la expedición de parte del Jardin Lankcaster de Cartago, su trabajo empieza al llegar a la zona y comienzan a colectar plantas.
Orquidiologos o como dijo don Carlos en una de las noches Orquidiotas, el trabajo de estos chicos es colectar, y extraer.
Todo por supuesto con un pasaporte del MINAE que Miguel se ha encargado de que este al día y vigente.
Recuerdo que no hace mucho lo que daban era una carta que autorizaba a X persona hacer X cosas en el parque.
Adam es alto de padres europeos y a 24 horas de la salida de la expedición andaba en Panamá en la playa y su atuendo es muy congruente con la playa, la entrada a la montaña lo trajo en jeans y en camisa hawaiana caqui. Por otro lado Diego viene un poco mas preparado y ha pasado las primeras horas de la llegada al campamento limpiando el area de dormida con una eficiencia que dejaría a los Incas con la boca abierta, en 30 minutos acomodado las piedras del área alrededor y creado lo los arqueólogos llamarían como una calzada.
Llegando apenas y ya estaban buscando orquídeas en los árboles adjuntos al campamento
Al costado sur del campamento y subiendo uno metro y medio estamos Mauricio y yo, Miguel y don Carlos en lo que hemos denominado las suits pues tienen muy buena vista de la catarata, algo que por mas bello que sea tiene un precio pues apenas llueva la cantidad de viento/ lluvia que entra por ahí mojara las hamacas de los 4!.
Al fondo tenemos a Don Heinrich y Eliécer.
A Don Heinrich se le puede describir como un expatriado Alemán o mas bien como un Alemán que descubrió su amor por el trópico y nunca se fue, futbolista de antaño, jugo con la Liga Deportiva Alajuelense cuando no había ni un solo extranjero en primera división, apasionado por la selva tropical y soñador. Uno de sus sueños siempre ha sido conocer el Cacho Negro. Hoy se puede jactar de que esa cumpliendo uno de sus sueños. El de tocar con sus manos el Cacho Negro.
Su compañero de toldo es Eliécer, un Vulcanólogo de la Universidad Nacional de Heredia. Alto, de fuerte bigote y siempre envuelto en bolsas plásticas para no mojar la cámara.
Vino a la expedición por invitación y como el volcán Cacho Negro nunca se le ha explorado el fondo de su cráter, esta expedición representa una oportunidad única para el.
Don Carlos es arquitecto por profesión pero aficionado a las orquídeas y el bosque por amor. Un hombre grande de presencia aun más grande. Llena un cuarto cuando entra en el y siempre mantiene, aunque no lo parezca al atención encendida a todo lo que lo rodea.
Excelente cocinero nos hizo un asado la noche antes de salir de Horquetas. La carne que sobro esta en uno de los sacos y la vamos a usar para complementar el menú que trajimos.
Don Carlos, junto con Don Heinrich fueron los que cocinaron la idea de venir a Cacho Negro desde un principio.
Como a las 2 PM, empezó a llover…
Mucho
Y mucho y mucho
Las hamacas y los toldos de las suits se empezaron a llenar de agua pues la catarata en momentos pasó de ser blanca a café y aumento unos 200% su caudal
Los tres chorros que caían ahora eran uno solo y la neblina que generaba ahora se convertía en lluvia que se la llevaba el viento a su placer.
En minutos colocamos bolsas plásticas tratando de crear una barrera y se logro pero oscureció los toldos severamente.
La radio fue montada, la antena direccionala y la batería conectada. Se hizo una prueba y radio funciono perfectamente, el teléfono satelital también funciono de maravilla y estuvo muy tentado de llamar a Sophia, pero habíamos quedado en que si la llamaba era que teníamos problemas y la verdad es que no quería alarmarla.
Mientras esto pasaba colectábamos agua de los bordes del toldo grande que caían, para usarlo en la cocina. Ollas de agua caían y caían y en minutos tenias todo el agua que ocupábamos
La lluvia siguió unas 3 o 4 horas y apenas se despejo se sintió la diferencia en sonido de la cataratata.
Esta siguió botando agua café y bajo su caudal casi 3 horas más tarde después de haber terminado llover.
Con la ropa mojada empecé a ayudar con la cocinada.
Comimos bien, sopa y pasta corta
Y repasamos la idea o más bien el plan del día siguiente
Todos tuvimos chance de expresar que queríamos hacer al día siguiente y como por arte de magia todos fueron cayendo dormidos.
El sueño nos arrullo como a las 8 y media
Entre la sopa y la catarata fui al baño en la noche como 5 veces.
Muy temprano a la mañana siguiente con cara de dormido enciendo la cocina para hacer café.
Traemos dos cocinas y anoche una de las bombas simplemente se jodio de la peor forma posible. Sin poder repararla en el campo (y creanme que la pulseamos) terminamos con una batería de cocina reducida.
Poco a poco nos alistamos.
El plan del día es ir hasta donde se pueda hacia el centro del volcán.
Voy a cargo del grupo con Miguel, los guilas del Lancaster, José y Eliécer.
Para salir de este lado del río hay que cruzar el árbol caído que a 15 m de la catarata esta permanentemente mojado.
Las caídas y resbaladas son cosas comunes y entre todas las técnicas de cruce una se la bautiza como las cuatro patas.
La escalda inicial no es tan mala, yo desde la noche anterior vengo pensando en la cantidad de Terciopelos y todo tipo de evacuaciones y planes de emergencias...
Al empezar a subir empecé a marcar con cinta naranja, practica estándar
de toda expedición exploratoria.
Diego y Adam viendo constantemente hacia arriba. Eliécer viendo hacia abajo y José viendo a través de su lente.
Miguel y yo con un ojo en el mapa, uno en el sendero, otro en las marcas naranjas.
Caminamos entre diferentes vegetaciones y nos topamos con agua y como a la hora una piel de serpiente que nos daba una idea de que no estábamos solos y que los vecinos median un par de metros.
José paso todo el día grabando la recolección de plantas y cuando llegamos al otro río, estuvo haciendo tomas del área.
Previniendo la lluvia del día anterior nos devolvimos con ideas nuevas para el día siguiente.
la cruzada del río nos regalo una caída mas y una nadada de parte del equipo de video.
esa noche estuvieron don Carlos y los otros hablando políticas y posibilidades mientras la sopa se calentaba.
Llego la mañana siguiente y temprano salieron Eliécer y Miguel en busca del fondo del cráter del volcán, el plan de ataque los llevaría hacia la misma zona que marcamos ayer, e intentarían llegar hasta donde pudieran.
Mauricio, Diego y Adam tomarían la misma ruta a otro ritmo en busca de orquídeas.
Yo me quedo en el campamento hoy para coordinar comidas y radio comunicaciones.
José aprovecha para entrevistar a don Carlos y a don Heinrich mientras don Luis y yo aprovechamos y limpiamos la zona de aproximación del helicóptero pues hay u n par de árboles muy mal puestos.
El primero no es tan difícil de cortar pues es un balsa pero los otros dos si son bastantes duros
el machete hace el mismo sonido al pegar contra el árbol que normalmente hace al golpear contra una piedra, incluso rebota igual.
Mi árbol, porque así lo llamo luego de 40 minutos, me toma un total de hora veinte para que caiga.
A don Luis unos 25 min. mas y le cuesta dos ampollas. Las cual en la noche me dirá con palabras de niño asustado ''auchi'' mientras me enseña el precio que le cobro el árbol en su mano.
Temprano en la mañana del sábado nos dividimos los trabajos de desmonte y reempaque pues todo lo que teníamos toda el día del primer día para montar se debía bajar en una noche y parte de la mañana.
Estando en posición de espera me empiezo a mojar con el agua de la cascada y mi cerebro se ríe de el haber pensado en haber salido a recibir el helicóptero era la mejor opción de los trabajos por hacer.
Daniel con su puntualidad conocida esta ahí a la hora acordada y en segundos la primera persona esta en el aire.
el segundo vuelo, ya una vez probado la cantidad de peso y fuerza necesaria para salir de esta olla natural Daniel se ventura a llevarse a dos personas, mi trabajo se hace mas complicado al llegar todos los sacos y salbeques y la cantidad de personas por viaje es decidida 30 segundos antes...
En minutos Don Carlos y todos los demás están en el aire o en Horquetas y Mauricio que ha estado hablando con el helicóptero por radio y coordinando conmigo las salidas desde un lugar donde no se moja, se me acerca y con esa sonrisa de satisfacción simplemente me dice en pocas palabras.
''Mae que bien nos fue con todo''
Yo me sonrío y trato de no recordarle que aun estamos metidos en media montaña y que no estamos libres de nada, pero entiendo también entiendo lo que significa...y si que bien nos fue con todo...
Unas cuantas fotos conmemorativas mas tarde salimos y a como se hacia pequeño a distancia el Cacho Negro me daba cuenta de lo grande que la expedición fue.
